—¡No puedo creerlo! —dijo Alicia.
—¿No puedes? —dijo la Reina en tono compasivo—.
Inténtalo otra vez: respira hondo y cierra los ojos.
Alicia se rió.
—Es inútil intentarlo —dijo—. Uno no puede creerse cosas imposibles.
—Yo me atrevería a decir que no has practicado lo suficiente —dijo la Reina—. Cuando tenía tu edad, siempre lo hacía durante media hora cada día. ¡Caramba! A veces me he creído hasta seis cosas imposibles antes de desayunar.
—Lewis CarrollAlicia a través del espejo
2010/10/31
Creences
2010/10/31
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